Armonía en el Universo

Cualquiera que sea relativamente adicto a la música, sea cual sea el estilo, se habrá visto envuelto, consciente o no, en el cautivante mundo de la armonía. Un contexto en donde todo cuadra perfectamente y se desarrolla con toda naturalidad. Las melodías floreciendo a través de ambientes con ritmo provistos por otros instrumentos de diferentes especies. Todo bajo un tempo regulador y una métrica acordada y estudiada. Figuras que se dividen geométricamente en dos y se modifican, se silencian, se permutan y se complementan. A mi personalmente me parece sorprendente...aunque pensándolo bien, no tiene absolutamente nada de raro. Sólo se debe a la armonía del Universo...

El otro día leía el libro "El Código da Vinci", para poder ir a ver la película y decir "estaba buena.....pero me gustó más el libro", cosa que efectivamente dije, y bueno....quedé realmente sorprendido al leer una sección sobre el número 1.618, también conocido como Phi, el número áureo, proporción dorada o divina. En realidad es un número irracional, o sea no termina nunca, pero si quieren verlo con más decimales pueden verlo en este link: http://en.wikipedia.org/wiki/Golden_ratio#Decimal_expansion . Yo no lo conocía para nada y me sorprendió su presencia en las formas y el comportamiento de la naturaleza, algo que seguramente los dibujantes saben muy bien. Es uno de esos números que aparece en todos lados, como Pi (3.14159265) que nos rodea en cada circunferencia.

Phi aparece en las formas de muchas plantas en las cuales sus hojas tienen un patrón de crecimiento que va de acuerdo a esta proporción. Fue una proporción muy estudiada por los renacentistas, entre ellos Da Vinci por supuesto, que en su dibujo "el hombre de Vitruvio" muestra el cuerpo proporcionalmente armónico de un hombre encerrado en un círculo y en un cuadrado. El ombligo no es la mitad del cuerpo humano sino más bien el cuerpo se divide en el omligo de acuerdo a la poporción 1.618 . Lo mismo pasa con los brazos y el codo y las piernas con las rodillas. Todo en esa proporción. La podemos encontrar en muchas figuras geométricas como el pentáculo, que es la típica estrella de 5 puntas. Los segmentos formados por esta figura también se ajustan a la proporción divina. Es así como antiguamente llamó la atención de los estudiosos de la geometría como Pitágoras, que creía que este número ocultaba algo sobre el significado mismo de la vida.

Otra forma de obtener el número Phi es a partir de una secuencia de números concida como la "secuencia de Fibonacci" que consiste en que el próximo número es la suma de los dos anteriores. De esa forma parte con 1, sigue con otro 1, luego 2 que es 1+1, 3 que sería 2+1, 5, 8 y así sucesivamente. Es una secuencia tan sencilla como 1,2,3,4,5,6.....pero tiene extraordinarias propiedades. Una de ellas es que al dividir un término por el anterior se obtiene un número que, entre más avanzamos en la secuencia, el resultado de la división tiende a ser Phi. Acá puden encontrar la secuencia de Fibonacci hasta el término N°300:

http://www.mcs.surrey.ac.uk/Personal/R.Knott/Fibonacci/fibtable.html#300 .

Realmente es increíble constatar que al dividir dos términos consecutivos efectivamente obtenemos el número áureo. Ahora, qué se puede decir de esta secuencia de números.......se dice que Fibonacci la obtuvo pensando en el modo en que se reproducen los conejos, pero lo cierto es que aparece hasta en la sopa: en el orden de las semillas de un girasol, las conchas de mar, los caparazones espirales de algunos caracoles, los espirales de la piña tropical y muchos otros sorprendentes ejemplos.

Por otro lado, nunca olvidaré lo que escuché a la antropóloga Patricia May en una entrevista en el programa "La belleza de pensar". El conductor, Cristián Warnken, en su afán por llevar a los invitados a comentar sobre la contingencia humana global, le preguntó algo así como "¿qué nos ha pasado? o ¿por qué el mundo está como está?", a lo que ella respondió: "yo creo que hemos perdido el pulso". Recuerdo haber pensado qué diablos quería decir. Después de unos segundos de silencio que pedían una decodificación, prosiguió: "todo en el universo tiene un pulso, un ritmo. El día y la noche, las mareas, las estaciones, los planetas, la luna, el corazón, etc...todo en una dinámica de adentro-afuera. Hoy en día el ser humano se ha quedado sólo en la parte hacia afuera, llenando el día de actividades y compromisos, sin dejar espacio para el estado hacia adentro." Quedé sorprendido con la explicación porque en pocas palabras dejó claro que no tiene nada de raro que el ser humano se sienta medio perdido ya que se ha desligado completamente del ritmo de la naturaleza. Toda un universo armónico funcionando sobre su cabeza y él trata de vivir a otro ritmo nada que ver. Por suerte la música si tiene ritmo y nos hace bailar...¿será la danza del universo?

También tenemos a los Mayas, que desarrollaron una modelo galáctico. Léanlo bien: GALÁCTICO. Suena bien, ¿no? en efecto, ellos tenían una concepción de la tierra totalmente inserta en una comunidad galáctica. No veían al hombre como un ser dominador y ambicioso como se le ve hoy en día, sino más bien un ser armónico capaz de navegar por el mar electromagnético que nos rodea, consciente de su rol en el sistema solar y de su relación con el centro del universo. Toda su visión de la vida estaba más basada en matemáticas y astronomía que en la "fe", lo cual sería de gran atractivo para el mundo científico actual y para todos los que no se tragan las historias más tradicionales.

Bueno, luego de esta pequeña muestra de armonía en el universo y en la naturaleza de nuestro planeta, yo me pregunto: ¿EN QUÉ MOMENTO EL HOMBRE PENSÓ EN NO SEGUIR EL RITMO DEL UNIVERSO? si es tan claro que todo funciona en orden hace ya millones de años, ¿por qué la insistencia en NO atenerse a las leyes naturales? a mi me parece sumamente raro. ¿Será que volamos....y no lo sabemos?